En un partido emotivo hasta el último segundo que se jugó con el corazón en la mano, Villa Mitre cayó ante Unión por 82 a 79 en suplementario.
El inicio del encuentro fue todo de Villa Mitre. El balance defensivo del conjunto bahiense rozó la perfección. Párrafo aparte para José Gutiérrez. El base de Villa Mitre fue el factor decisivo en este primer período. Mandó adentro de la cancha, asistió e hizo jugar a sus compañeros y tuvo una gran actuación en ofensiva con 7 puntos, uno de los goleadores de este cuarto.
El Tatengue no encontraba su brújula en ataque. No podía imponer su ritmo alto y su juego dinámico que siempre propone y que tanto lo caracteriza. Con De Pietro (7 tantos seguidos en el segundo parcial) como bandera, el elenco santafesino intentaba acercarse en el tablero. Pero los Guerreros dominaban con paciencia, con su estilo marcado para bajar las posesiones, más seteado y con mayor control de balón llevó a su rival al ritmo en donde ellos se sienten cómodos. Villa Mitre se fue al descanso arriba por cinco (40-35) con más dominio en el parquet que se reflejó en los números – 43% en tiros de campo frente a 35%.
Con una ráfaga de 8-2, Unión se adelantó en el marcador por uno (42-43) y defendió agresivo, de una manera asfixiante que no le permitió reacción a un Villa Mitre al que en dos oportunidades se le consumió el tiempo en el reloj de 24. En esos momentos creció también la figura de Blossom en el poste bajo, que demostró su jerarquía y oficio para jugar este tipo de finales. Jaime fue otro de los artífices de esta levantada que alcanzó la máxima 57-42. El conductor salió en un momento del partido por una molestia en su rodilla pero esto no le impidió lucirse y alzarse como la estrella en esos instantes decisivos. Los bahienses no tuvieron reacción, a falta de 4:21 para que termine el anteúltimo capítulo solo habían convertido dos puntos.
Pero a Villa Mitre, si hay algo que sabe es de entrega y oficio. Con un tremendo parcial de 7-0 emparejaron el encuentro en 60 y otra vez todo fue palo a palo, pelota por pelota. Villa Mitre creció en la toma del rebote defensivo y supo contrarrestar nuevamente los avances de los santafecinos. Fue una lucha anímica y mental, donde a medida que crecía la confianza para uno disminuía para el otro. En el desenlace final, Ramiro Heinrich se convirtió en el faro de la Villa y cada uno de los cinco iniciales terminaron con números por arriba de las 10 unidades. Los últimos minutos fueron parejísimos, luchados hasta el final, cada pelota como si fuera la última. Parecía que lo tenía el Tate, con un gran parcial de Leo Lema que lo puso al frente, pero un tiro de tres de Fede Harina llevó a Villa Mitre a ganar por 2 (75-73). En el último suspiro con solo ocho décimas de segundos, Lema fue el alma de Unión porque anotó dos puntos vitales para el empate y para dejar con vida a su equipo en un suplementario cuando parecía que todo estaba perdido.
Y en ese suplementario, Heinrich culminó con 23 y 10 rebotes. En tiros de campo hubo una gran paridad – 39% iguales- pero Unión se destacó como siempre desde su banquillo con 27 tantos y desde el contraataque con 18. De esta manera, los Guerreros se quedaron con el subcampeonato pero con la premisa de que el proyecto dio sus frutos y pelearán por el campeonato nuevamente en el próximo torneo.